Sábado 09 de noviembre de 2024
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Carlos Aldrey: un zuliano en el mundo fantástico de Avatar II

En 2014 sus pasos resonaron en la obra multicolor del maestro Carlos Cruz-Diez que sirve de piso al Aeropuerto de…

Carlos Aldrey: un zuliano en el mundo fantástico de Avatar II
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En 2014 sus pasos resonaron en la obra multicolor del maestro Carlos Cruz-Diez que sirve de piso al Aeropuerto de Maiquetía. Dijo adiós al país, rumbo a Canadá. Carlos Aldrey Reina, es comunicador social y experto en efectos visuales para el cine; su más reciente logro es participar en la producción de Avatar: the way of water, de James Cameron.

“Me vine a Vancouver, Canadá, en 2014, después de la ola de protestas en Venezuela”, contó a Noticia al Día, en un breve contacto telefónico.

Este joven, de 31 años, hijo de Susana Reina y del archiconocido locutor Eduardo Aldrey, egresó de la Universidad Rafael Belloso Chacín (Urbe) y por un tiempo se dedicó al manejo de redes sociales a través de su empresa Social Bemba.

Ya en Canadá hizo una especialización de efectos visuales para cine y televisión en el Vancouver Institute of Media Arts. Este título le abrió un camino amplio, con proyectos tan interesantes como retadores, poniendo a prueba su calidad profesional.

La creación de ambientes 3D, una de las artes que desarrolla Aldrey

En el universo de los efectos visuales, aun cuando se define como generalista, las áreas de iluminación y creación de ambientes en 3D son el plato fuerte de su trabajo actual.

“Crear mundos donde la acción sucede, bien sea la acción inmediata o, por ejemplo, una ciudad en el horizonte”, nos explica sobre el arte que desarrolla haciendo gala de su creatividad y apoyado en los recursos digitales.

Nos ofrece un ejemplo para ponernos en contexto: "Si un director dice ‘necesito que en esta toma caiga un meteorito en medio de la ciudad’, alguien modela el meteorito, pone el meteorito en la ciudad, alguien ilumina el meteorito y hace un millón de cosas más".

En el proceso creador, debe estar presente la intención y la planificación, “si no, vas a terminar con una piedrita y no con un meteorito”, señala de forma jocosa.

Carlos Aldrey integra el equipo de arte de Avatar: el camino del agua

Actualmente, Carlos trabaja con la empresa Weta Fx, cuya matriz está en Nueva Zelanda, pero que tiene una sucursal en Vancouver. Entre las producciones de esta compañía está El Señor de los Anillos, El Hobbit, Los anillos del poder, por citar algunas.

Avatar es creada por Lightstorm Entertainment, de James Cameron. “Ellos envían todo el material a la empresa con la cual trabajo. Cuando abrieron una sucursal en Vancouver, yo apliqué y me seleccionaron para participar en la creación de ambientes. Trabajé, aproximadamente, seis meses en el departamento de Layout”.

Carlos nunca imaginó siendo niño que trabajaría en la compañía de sus sueños, creando efectos para películas que lo dejaban sin aliento. La vida le tenía preparado ese regalo.

“Yo vi El Señor de los Anillos, la primera y la segunda, como setenta veces, porque yo tenía la película en VHS. Era la época del paro petrolero y no había más nada que ver. Mi hermana y yo veíamos la película y la rebobinábamos para verla una y otra vez”.

La experiencia del migrante

Desde 2017 no viene a Venezuela; le gustaría visitar a mis abuelos en Caracas. “En Maracaibo no tengo a nadie, mis amigos migraron, al igual que mi familia”. Sin embargo, en la distancia ha mantenido relación con algunos amigos de la Facultad Experimental de Artes de LUZ.

“Extraño el calor del clima y de la gente. La cultura norteamericana es un poco fría e individualista; no he vivido acá ese sentido de comunidad, de camaradería que tenemos los venezolanos, donde no importa quién eres, para que te ayuden, te quieran y le importen tus problemas”, confiesa.

En su equipaje, se llevó importantes lecciones que le han permitido salir airoso de su experiencia de migrante.

“En Venezuela aprendí la adaptabilidad y resiliencia, a ser fuerte y agradecido… En Canadá estoy muy al tanto de la vida perfecta que tengo por todo lo que viví en mi país: los apagones, la falta de luz, de agua, el internet lento, el crimen”.

En su nuevo hogar, Vancouver, se siente seguro, satisfecho. “Estoy muy agradecido de la vida que tengo aquí y entiendo que esto no es gratis, no lo doy por sentado y creo que no pasa por casualidad, sino porque hay gente ‘echándole bolas’ para que las cosas funcionen bien”.

Un medio competitivo

La industria de los efectos visuales es un medio donde la competencia y la actualización están a la orden del día.

“Un reto presente en mi carrera es el avance de la tecnología, que es muy rápido. Mantenerte en el frente de la curva de los avances tecnológicos es muy difícil. Ahorita está creciendo la inteligencia artificial, sobre todo para las herramientas visuales”.

Destaca que aún prevalecen los recursos computarizados y robóticos, sin embargo, hay nuevos retos por delante con el avance de la inteligencia artificial. "No falta mucho para que la gente le diga a una computadora: hazme una película y te la haga".

Además, compite en el mercado con otros profesionales. “Hay mil quinientos millones de personas que quieren el cargo que tú quieres y uno tiene que ser indispensable y proveer soluciones, más que problemas a la compañía”.

Carlos Aldrey: Amo lo que hago

En su preparación para hacer frente a los retos profesionales en el área de efectos visuales, ha contado con dos mentores.

“Un venezolano llamado Tulio Hernández, quien trabajó en Jurasic Park, Terminator, lleva muchos años en la industria. Además de aprender con él de iluminación, me enseñó a no tomarme el trabajo muy en serio, sino a disfrutar y amar lo que hago”.

También menciona al ucraniano Dennis Shchukin, de quien aprendió a mejorar sus hábitos de trabajo. “Hacerlo bien desde el principio, no a medias, a no tomar atajos”.

En el futuro le gustaría ser director de fotografía y empresario independiente. Entre tanto, sigue encaminado en su pasión.

“Me inspira que el efecto sea parte de la historia, no un dulce para los ojos. Me inspira una buena historia, lo que es fuera de lo común; el control creativo para desarrollar la visión de alguien más”.

Nos despedimos de Carlos Aldrey seguros de que seguiremos recibiendo buenas nuevas de su parte. Su talento y el compromiso con la industria del entretenimiento, vista desde el arte, le abonarán el camino.

Cortesía

F Reyes

Noticia al Día

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