Sábado 09 de noviembre de 2024
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Hace 158 años el Estado soberano del Zulia otorgó la primera concesión de explotación petrolera

Hace 158 años se otorgó la primera concesión para la explotación de petróleo en Venezuela, que se dio el 24…

Hace 158 años el Estado soberano del Zulia otorgó la primera concesión de explotación petrolera
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Hace 158 años se otorgó la primera concesión para la explotación de petróleo en Venezuela, que se dio el 24 de agosto de 1865 por Jorge Surtherland, presidente constitucional del Estado soberano del Zulia, permitiendo con ello taladrar, sacar y exportar petróleo o nafta en todo el estado.

Para ese entonces, la población del Zulia en 1865 ascendía aproximadamente a 45 mil habitantes, con crecimiento lento y tendencia al descenso. Esa población se concentraba en ciudades ligadas a la actividad comercial. Era un poblamiento periférico en torno del Lago de Maracaibo, teniendo a Maracaibo como centro hegemónico regional. Pero el resto, eran inmensos espacios vacíos interrumpidos por caseríos a lo largo de los ríos navegables y caminos que unían a las poblaciones.

El Zulia en esa fecha celebró un contrato con el ciudadano norteamericano Camilo Ferrand, por el cual concedió “el derecho y privilegio exclusivo en el estado Zulia de taladrar, sacar y explotar petróleo o nafta, o bajo cualquier otra denominación que se conozca el aceite que exista en la tierra por el término de diez años, en razón de ser esta una industria desconocida en el país, pudiendo aumentar este lapso, si así conviniere a los intereses de ambas partes”. Según J Besson, “Ferrand se obligaba a pagar al Estado por cada tonelada de aceite que explotara, cinco pesos como derecho municipal, aunque podría pagar 20 mil pesos al Estado, si más le conviniere, y así no tendría que pagar ninguna regalía sobre el aceite exportado”.


También se le concedió exoneración de derechos por los objetos que trajera al país para llevar adelante su empresa. Un año después de esta decisión de Sutherland, la Asamblea Legislativa del estado Nueva Andalucía (Sucre y Monagas) otorgó otra concesión a Manuel Olavarría para explotar petróleo en todo ese estado por veinte años, y el 19 de diciembre de 1866, la Asamblea Legislativa del Estado Trujillo otorgó a Pascual Casanova una concesión petrolera por 20 años, para la explotación de las minas del cantón Escuque, mediante un canon de arrendamiento de 20 pesos anuales.


Según afirma Aníbal Martínez en la Maracaibo de esa época: “Al norteamericano le gustaba caminar, lentamente, sumido en sus pensamientos de exploraciones formidables, por las mesetas arriba de los cerros, de los bancos de piedra a lo largo de las playas, golpeando fuerte el suelo”.
De la cuenca con las tierras altas, la dinámica económica comenzaba a girar en torno de la explotación del café con participación de comerciantes norteamericanos, ingleses, holandeses, alemanes y franceses, especialmente.


Las dificultades para explotar


Fue a mediados del siglo XIX cuando comenzaron los intentos por mejorar los caminos carreteros donde existían y abrirlos en las inmensas áreas donde eran requeridos. Solo el 14 de noviembre de 1842 fue decretada en Maracaibo una Junta de Caminos para supervisar, reparar y abrir nuevos caminos en la cuenca del Lago de Maracaibo.
Todo ello pone de manifiesto, que la primera dificultad a la que se enfrentó Camilo Ferrand para poder taladrar en busca de petróleo fue la exploración en un inmenso territorio en el que solo las riberas del lago estaban pobladas.


El resto era una selva en buena medida impenetrable. Basta solo anotar, que si en 1914 cuando fue perforado el Zumaque 1, ir de Maracaibo a Mene Grande era considerado por algunos autores una verdadera odisea, un “viaje de conquista”, a través de selvas llenas de mosquitos transmisores de enfermedades. Medio siglo atrás en 1865, era aún una odisea más riesgosa. Solo a partir del Septenio Guzmancista (1870-1877) se comenzaron a construir gran cantidad de caminos en el país, aunque pocos en la cuenca del Lago de Maracaibo.
A esa primera dificultad de carácter geográfico habría que sumar los retos de tipo técnico. Al concesionario Ferrand se le dio derecho exclusivo para “taladrar, sacar y explotar petróleo o nafta”. En consecuencia, ¿dónde taladrar en una extensión de 64 mil Km2 en el Estado Soberano del Zulia en su mayoría inhóspita? ¿De qué estudios técnicos disponía el norteamericano? ¿Qué experticia técnica tendría si solo seis años antes su compatriota E Drake por vez primera en la historia, había perforado un pozo petrolero en Titusville, Pensilvania, y solo a partir de ese momento se comenzó a perforar, almacenar y transportar petróleo en EEUU? ¿Con que tipo de personal contaría para acometer esa tarea en el Zulia, con una población tan pequeña y sin experiencia alguna en una industria que estaba naciendo en el mundo?


Trece años después, en 1878, cuando Manuel Antonio Pulido obtuvo la concesión del Gobierno del Gran Estado los Andes y se asoció con varios inversionistas para construir la Petrolea, en menos de un año viajaron a Pensilvania para estudiar la industria petrolera y comprar equipos, entre ellos un taladro de perforación a percusión.


Esta compañía no completó su primer pozo con éxito sino en 1883. Además, entrenó su personal enviándolo al exterior. De nada de eso tenemos noticias en las actividades de Ferrand en el Zulia. Su tercera dificultad, con toda seguridad, fue de carácter financiero, pues para acometer una tarea de tal envergadura, se requerían muchos recursos.

Javier Sanchez

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