Domingo 03 de noviembre de 2024
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Centenario del artífice del Nuevo Periodismo

Mailer vs Mailer: Pelea a 10 asaltos Norman Mailer representa un claro ícono intelectual de los Estados Unidos durante la…

Centenario del artífice del Nuevo Periodismo
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Mailer vs Mailer:

Pelea a 10 asaltos

Norman Mailer representa un claro ícono intelectual de los Estados Unidos durante la segunda parte del pasado siglo y parte del que transcurre. Sus ideas y convicciones, aunadas a un talento extraordinario (también provisto de un ego prodigioso), generaron suficiente polémica histórica como para que sea ésta suerte de leyenda. También hay mito en la historia Mailer, por lo que Alexis Blanco intenta descifrarlo a través de un juego de ideas, inspirado en la vida y en la pasión del escritor por el boxeo.

La referencia..? El Combate’, recogido en 2005 dentro del volumen ‘América’ (Anagrama), que agrupa sus mejores trabajos periodísticos. Quizás se trata de su reportaje más memorable, a la altura de la lucha diabólica, electrizante y mediática que presenció el novelista/periodista como privilegiado testigo directo de aquella pelea entre Muhamad Alí y George Foreman, el 30 de octubre de 1974, en el Estadio 20 de Mayo de Kinshasa, Zaire (hoy República Democrática del Congo).

             ROUND 1

Existió una vez un hombre condenado a muerte, Gary Gilmore, y existió también otro hombre, condenado por su oficio de escritor, de esa historia, Norman Mailer, quien publicó una patética versión, muy objetiva y ajustada a los hechos, bajo el título de La canción del verdugo. Ese libro coronó para el escritor uno de sus dos Premio Pulitzer y terminó por refrendar el carácter artístico de un movimiento llamado Nuevo Periodismo, que marcaría profundamente a quienes decidimos estudiar ese oficio en cualquier universidad. Un clásico de esta profesión, quien estaría cumpliendo cien años este último día de enero de 2023.

Siempre hubo tiempo para conversar sobre la azarosa vida de Mailer, quien mezcló con intensa sabiduría la ficción y la realidad histórica, con reportajes y novelas, ensayos y guiones de cine, es decir, literatura con periodismo, hasta ofrendar un género insólito y tal vez irrepetible. Un provocador a ultranza, provisto de un ego del tamaño del cielo, pero, al mismo tiempo, dotado de una lucidez magistral que respetaba concienzudamente los puntos de vista e intereses de sus lectores. Mailer no era un santo de la devoción de nadie, pero había que leerlo.

             ROUND 2

El admirado colega, el maestro poeta don José Pulido alienta unas claves: “Norman Mailer era como un puñetazo directo al mentón de los sentimientos. Conocía la vida como pocos escritores, pero le negaba libertad a su corazón poeta. Quizás ello se debía a que no podía ser Hemingway ni Rocky Marciano y deseaba ser ambos simultáneamente. Mailer nunca terminó de apreciar realmente el don que tenía de darte esperanzas como si te las quitara..”

Con el eximio colega, Oscar Silva Araque, solíamos conversar, extendido, de cada nuevo descubrimiento, obra leída digo, donde el talento de Mailer era protagonista sublime, dada su capacidad de, por ejemplo, en La canción…, sumar detalles de una conmovedora historia de amor y pasión, con las intrigas propias de los bajos fondos, con esa sordidez resplandeciendo en su prosa limpia y sin distracciones: crímenes crueles donde la relación entre criminales y policías fluían como velos de novias embarcadas en estaciones lúgubres por solitarias, con las leyendas sobre códigos de honor entre presidiarios y los punzantes debates entre jueces y abogados.

Hablar de Mailer, Capote, Below, Updike, Roth, Hunter Thompson, Wolfe, y compararlos con los nuestros, verbo y gracia, los García Márquez, Cabrera Infante, Martínez, Vargas Llosa o Andrade, entre tantos otros, era parte de aquellas magistrales clases de los maestros Ignacio de la Cruz o Sergio Antillano, quienes, constantes, acicateaban a quienes nos habíamos aventurado por la mención Periodismo (que no Impreso) con la cual había quedado sesgado (y tal vez sellado para siempre) el estilo periodístico como asunto de interés tan académico como estético.

               ROUND 3

Norman Mailer in memoriam

 Carlos Pérez Ariza, periodista y escritor. Profesor Honorario Doctor (Ph.D.) en Periodismo por la Universidad de Málaga, España, sabe, y nos dice:

 “Este estadounidense iconoclasta, organizador de una letra periodística rompedora con la excesiva pretensión del equilibrio ponderado, de resaltar el pleonasmo de la sorpresa verbal está cumpliendo cien años de su nacimiento. No es vano recordarlo en la Era de la información instantánea, cursi y mentirosa.

Él jamás estuvo escondido tras la posverdad. Siempre se sintió incomodo en su sociedad, excesivamente pacata acomodada en la doble moral entre la religión protestante y el consumismo desbordo. Le acongojó la pérdida del honor en la vida norteamericana. Dijo que el hombre del siglo XX vivía en la ansiedad. Tal vez estaría de acuerdo en que el del siglo XXI vive sobre mal informado.  

Puso de relieve lo que todo intelectual verdadero sabe: Que el lenguaje conforma la grandeza de una nación. “Las cosas buenas se desarrollan a partir de un pueblo que sabe realmente cómo usar el lenguaje y que lo usa bien”.

Fue pionero en establecer los senderos de un periodismo que contaba noticias como si fueran novelas. Fue la revolución del periodismo escrito por plumas mojadas en la tinta de la historia. Ninguna de las noticias de primera plana le fueron ajenas. Las convirtió en novelas, relatos de No-Ficción sin apartar el rigor del periodismo en profundidad que requiere una investigación a fondo.

Allí quedan para la relectura hoy los temas que le fueron suyos: Desde las reflexiones tras la Segunda Guerra Mundial, hasta la biografía de Marilyn (ahora en la actualidad de la pantalla); su acercamiento al cuadrilátero de Clay; ¿Por qué estamos en Vietnam?; o el enigma de Oswald, entre otros libros que marcaron el tránsito hacia un periodismo literario honesto. En fin, honor y gloria al viejo Norman, cien años le contemplan”.

             ROUND 4

Germán Novelli-Angrisano, con su “dedo gordo en el aire”, desde esa aldea universal en la que ahora habita, traza su perspectiva: “Sin Norman Mailer el periodismo estaría condenado a una mala crónica de policías, bandidos y vecindarios. Mailer hizo posible, en todos los géneros del oficio, y en todas las fuentes, incluida la deportiva, a usar la literatura y verter, en una cuartilla, una clase sencilla de buena escritura, con aderezos de arte, poesía, biografía, picardía rosada y hasta una versión novelada de los hechos, como nos enseñó Heberto Camacho en su tiempo y Josué Carrillo en el presente.”

Al cumplirse un siglo del nacimiento de Mailer, hemos querido reflejarnos en una suerte de homenaje a lo que siempre nos ha interesado ser y hacer dentro de esta profesión de ilimitadas fronteras y constante flujo y reflujo de las cuestiones más trascendentes de la vida cotidiana, léase historias bien reporteadas, documentadas y, sobretodo, muy bien escritas.

Notable reportero de esta ciudad y del orbe, Vinicio Díaz ordena una nueva ronda, para continuar siendo Mailer: “Los Ejercitos de la Noche, Los Desnudos y los Muertos, El Combate, esos libros ejercieron una gran influencia en mi generación. Cursaba el 6 o 7 semestre en la Escuela de Comunicación Social cuando los amigos Ángel Medina, Oscar Silva y Henry Fuentes pusieron en mis manos un ejemplar de Los Ejércitos de la Noche, un extraordinario reportaje que combina la realidad y la ficción. Con Mailer me introduje en los meandros del llamado Nuevo Periodismo, un enfoque o tendencia que cubrió bríos entre nuestros periodistas, como eran los casos de Ramón Hernández, José Pulido, Roberto Giusti. Personalmente recibí esa influencia y en muchos de mis trabajos, sobre todo en reportajes y entrevistas, dejé muestra de esa tendencia que nos arropó a muchos jóvenes periodistas de los años 80, quienes luego afianzados ese estilo al recibir el influjo del gran Tomás Eloy Martínez. Mailer fue un periodista y novelista que nunca dejo de ser cronista. El Combate, su novela sobre la histórica pelea entre Cassius Clay y Georgen Foreman en África, es sin duda una pieza clásica que amalgama periodismo, crónica y novela.”

                 ROUND 5

En su legendario filme El Dormilón, de 1973, el director Woody Allen lanza al aire una moneda de doble intención (alabanza y crítica a la vez) para con Mailer: “Esta es una fotografía de Norman Mailer, un gran escritor. Donó su ego a la facultad de medicina de Harvard, para su estudio”. Encaja, si se leen estas líneas rezumantes de sarcasmo, del escritor, sobre sí mismo: “Mailer tuvo la rápida impresión de unos hombres de cara hosca y ojos lúgubres en los que ardía una llama transparente, y dijo –No quiero ir atrás. Si no me detienen, voy a entrar en el Pentágono-, y supo que estaba dispuesto a hacerlo, una certeza absoluta se había apoderado de él”.

El oriundo de Long Beach; New Jersey (1923), de familia judía, creció en Brooklyn, New York y más tarde, a los veinte años. egresó de Harvard como mecánico aeronáutico. Al año siguiente fue reclutado por la Armada y estuvo en la Guerra del Pacífico, donde iniciaría sus apuntes que conllevaron a la publicación de Los desnudos y los muertos, quizás uno de los libros más impactantes sobre la Segunda Guerra Mundial y que, en 1948, propició su debut glamoroso, convirtiéndose así en la gran nueva estrella de la literatura de su país.

Crítica y público floreció en elogios para quien asumiría con desdén y soberbia tal éxito que, algo obvio de prever, ya no tendría la misma fortuna con sus siguientes obras, Costa Bárbara, de 1951 y El parque de los ciervos, de 1955. Todo esto no le desilusionó en lo más mínimo, clarísimo en sus dones de agitador e instigador muy crítico. Es entonces cuando asume al periodismo como una trinchera indispensable: fundó otra leyenda, el semanario The Voice Village, donde aparecerá, en 1956, su antológico reportaje “El negro blanco: reflexiones superficiales sobre el hípster”, un ensayo flamígero donde teje una visión muy compleja sobre el asunto del racismo y la violencia.

(Continuará, mañana, martes 31)

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Alexis Blanco

Noticia al Día

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